La gestión del estrés en el entorno laboral es fundamental para que el trabajador no corra riesgos físicos y mentales y para que dicha situación no acabe traspasando fronteras y afectando a la propia actividad profesional y a todo el equipo. De ahí la importancia de que las organizaciones realicen análisis e implanten programas para prevenir el estrés y ayudar a sus trabajadores a combatirlo.
Cómo pueden las organizaciones evitar el estrés
Cada vez más, las empresas están concienciándose con la necesidad de incentivar un clima laboral positivo para aumentar la productividad. Así, como organización, podemos instaurar programas con los que conseguir la interacción y la empatía entre directivos, equipos y profesionales. También, podemos realizar sesiones individuales de coaching para evitar las tensiones en el trabajo, y formar a los empleados para que sepan manejar mejor esta situación.
Las terapias de biofeedback son otra opción que, además, está ganando popularidad, ya que son muy beneficiosas para el tratamiento de la ansiedad, el insomnio, las fobias y el estrés, entre otras cosas. Usan unos sensores que monitorizan, en tiempo real, determinados parámetros fisiológicos, de manera que aprendamos a identificar y modificar algunas funciones corporales como el pulso sanguíneo y la temperatura.
Por último, las organizaciones actuales hemos de ser ágiles. Esto implica disponer de teletrabajo y horarios flexibles con los que ayudemos a los empleados a compatibilizar la vida familiar y personal con la profesional. Asimismo, debemos formar líderes abiertos y empáticos que colaboren con el equipo y entiendan a sus miembros.
Consejos para que los trabajadores eviten el estrés laboral
Por su parte, los trabajadores pueden seguir algunas pautas para esquivar las tensiones en el ámbito laboral o combatirlas de manera eficiente:
- Tener buenas relaciones con los compañeros. Es importante sentirse valorado y querido para estar más motivado. Además, una buena relación con los compañeros hace que podamos compartir los problemas con otros y sentirnos apoyados.
- Aprender a delegar. Cuando hay mucha carga de trabajo, hay que aprender a decir “no”. Asimismo, se recomienda delegar en otros compañeros que estén más descargados de tareas y vayan a poder asumir el trabajo sin dificultad.
- Saber organizarse. Antes de delegar, debemos pararnos un momento y analizar qué tareas son prioritarias y cuáles no; poner unas fechas límite y determinar si es necesario delegar. También debemos ser puntuales y responsables con los tiempos de entrega y los plazos fijados.
- Hacer ejercicio. Una vez finalizada la jornada laboral, es indispensable desconectar al 100 %. Esto no solo conlleva apagar el teléfono móvil y no atender e-mails recibidos fuera de horario, sino que debemos realizar deporte y actividades como cantar y bailar que nos liberen de las tensiones acumuladas durante el día. Esto se consigue porque con dicho ejercicio liberamos endorfinas, las hormonas del bienestar, y nos sentiremos más relajados.
- Tomar descansos con frecuencia. Si bien la ley establece un descanso no inferior de 15 minutos para jornadas laborales de más de 6 horas, los descansos visuales son necesarios. De igual manera, ir al baño; tomarse un café; estirar las piernas y hablar un poco con los compañeros es recomendable para protegernos de la fatiga y el agotamiento.
- Administrar el uso de la tecnología. Trabajamos con ordenador, tablet, teléfonos… Si bien no podemos prescindir de estos dispositivos a lo largo de la jornada laboral, hay que hacer un uso responsable de ellos y apagarlos nada más finalizar el trabajo.
En definitiva, el estrés en el ámbito laboral es muy común, dadas las exigencias a las que, muchas veces, nos enfrentamos. Sin embargo, tanto organizaciones como trabajadores tenemos en nuestra mano herramientas sencillas de aplicar para prevenirlo. Si necesitas asesoramiento sobre las soluciones estratégicas más adecuadas para ti, no dudes en contactarnos.
